En nombre de la ciencia (II parte)

(I Parte aquí)
Hace unos días les pregunté a varias personas qué opinaban sobre experimentos animales, pregunté entre amigos fuera y dentro de la escuela. Para los que me respondieron y que están dentro de la escuela encontré que sí están a favor pero que tengan una utilidad esos experimentos, no en el campo industrial sino en el científico y con una ética; para los que están fuera me dijeron la mayoría que no están favor, me decían que no pueden experimentar con ellos porque los experimentos son de avances humanos, diseños humanos que se prueban en animales y no pueden llegar a ningún lado.

Entonces me pongo a pensar, los que hemos trabajado con animales alguna vez y tuvimos claro que nunca maltrataríamos un animal se abre una dicotomía ¿experimentamos con ellos o no? Y aunque no tuve opción la Psicología sólo ve el comportamiento y por suerte sólo hubo que hacer correr una rata de laboratorio en un laberinto; pero eso no quiere decir que sea fácil, debe ser condicionada una conducta que lleva tiempo, y para que funcionara debíamos dejar sin comer la rata un día antes, yo me quedé con ella y nunca pude dejarla más que unas horas sin comer porque no podía, quieras o no se crea un cariño al animal y más cuando lo tienes todo el tiempo.

Lo cuidaba mucho cuando otros a sus ratas querían olvidarse de ellas, vamos nunca usamos productos químicos sobre ellas, nunca las maltratamos pero sí había un acercamiento a la experimentación.

Hay ética en la experimentación, no puedes probar lo que sea por algún motivo en animales, debe haber un control y un fin, el nuestro la educación y el aprendizaje, y bajo ello la ética y el conocer comportamientos y un acercamiento a la psicología experimental.

Y es lo que mucha gente no ve, hay cientos de textos que hablan sobre cuidado de los animales porque son seres vivientes que sufren, y no ven el lado humanista de la experimentación, que no justifico, y es el lado emocional del investigador. Si bien hay muchas denuncias que podemos encontrar de gente que maltrata animales en la investigación científica creo que sólo es reflejo de una sociedad que lo hace por los motivos que sea (un ejemplo aquí) y creo que la principal denuncia contra la experimentación no es el maltrato animal en sí, sino lo que hay tras eso, no es el ver a los animales con deformaciones o mutilados, pero el saber que están así por probar el nuevo jabón Dove o el rimmel Maybelline (según PETA)es lo que da un nuevo peso emocional de aversión, aunque estoy seguro muchos no aprueban estos experimentos no podemos negar que algunos son necesarios, ¿porque entra otro conflicto, ¿quién dejaría que experimenten con humanos nuevas cosas?

Creo que muchos lo aprueban pero si eso implica dejar inmóvil a un recién nacido y mantenerlo con los ojos abiertos para probar un nuevo jabón infantil no creo que alguien levante la mano para apoyarlo, no creo que alguien deje experimentar con su hijo de 13 años un nuevo desodorante que puede lesionar su piel o incluso algo peor, no creo que una mujer deje que experimenten con ella los efectos del nuevo maquillaje... Porque los humanos parecemos clasistas, si no perteneces a nuestro grupo pierdes peso emocional.

Entonces ¿es justo el clasismo que tenemos como especie humana en la experimentación? Yo creo que no, sí algunos experimentos son crueles y no deberían existir, pero también se exagera que la experimentación animal sea lo peor, muchos experimentos animales tienen finalidades de conocimiento no de aplicaciones como en el caso de la industria.

Protestamos cuando alguien muere en experimentos, nos quejamos cuando un perro está deformado, pero si una rata de laboratorio es genéticamente modificada para estudiar y buscar una cura contra la esquizofrenia ¿qué hacemos ante eso?

Y con esa pregunta quisiera quedarme por ahora, no quiero calificar de justo o injusto algo porque sólo sería elegir un bando y no quiero iniciar una guerra de lo que es o no justo, pero sí reflexionar sobre los límites que debe haber, quizá los haya, pero debemos conocerlos.

Bebe agua y baja de peso

Un equipo de científicos ha presentado un ensayo clínico durante el Encuentro Nacional de la Sociedad Americana de Química (ACS por sus siglas en inglés) que demuestra que beber dos tazas de agua antes de comer ayuda a perder peso y combatir la obesidad.

Durante 12 semanas, en ensayos con 48 individuos adultos, comprobaron que las personas sometidas a una dieta que beben agua antes de las comidas, 3 veces al día, pierden 2,25 kilos más que quienes no lo hacen. “La gente debería beber más agua y menos bebidas azucaradas; es una forma sencilla de controlar el peso”, afirma Brenda Davy, investigadora de la universidad Virginia Tech (EE UU) y coautora del estudio.

Según Davy, hasta ahora la cultura popular defendía la importancia del agua para soltar los kilos que nos sobran. Pero había poca información científica que lo corroborara.